domingo, 15 de julio de 2012

AVIONES DE VERDAD Y DE MENTIRA

Allá por el año 61, contaba la tierna edad de 12 añitos, una de mis hermanas de un viaje a Estados Unidos me trajo una avioneta de aeromodelismo que volaba en círculos con unos 3 metros de cable para guiarla. Desde entonces y a través del club de aereomodelismo de Gerona empecé con mi afición.
En Guadarrama, muchos años después, me hice socio del club de aeromodelismo Alas de la Sierra.
Lo que empezó siendo una pequeña pista se ha convertido en un lugar de fiesta, donde todos los años, este sera en septiembre, se celebra una concentración de aereomodelismo de donde son la mayoría de las fotos que aquí os muestro.
Es una afición que te pone en contacto con la naturaleza, con el cielo, con las grandes aves planeadoras que te enseñan a volar con los veleros en las térmicas, con la concentración.... Ideal para que los jovenes tengan algo que les saque de un mundo urbano cada vez más peligroso.
La mayoría de los aviones son maquetas de 3 metros de envergadura y el reactor que es igual que un avión comercial mide casi tres metros de largo, es decir que de punta a punta de sus alas tendrá unos cinco metros.


Esta amaneciendo en el campo de vuelo. Hay que prepararlo todo para la concentración que se avecina. Un sol esplendoroso esta a punto de salir por detrás del Espolón de la Pedriza.


Los aviones están preparados. Las herramientas para ponerlos en marcha descansan en las hélices de los mismos. Dentro de unos momentos comenzara el rugido de motores y los cacharros volaran.


Un antepasado comienza su vuelo. Gracias a aquellos locos en sus locos cacharros hoy volamos con tranquilidad en los grandes reactores comerciales. Debía dar terror subirse en un cacharro de esos.


Una maqueta, copia de un Zero japones parece haber surgido de la nube y se nos viene encima


Un clásico. Le llamaban el Piojo  y en su época fue un avión diseñado para batir el record de velocidad. Si os fijáis es todo motor y sus proporciones son ridículas.


Una Bukker, avioneta clásica donde las haya, vuela placidamente bajo unas nubes de tormenta que están comenzando a levantarse en toda la sierra del Guadarrama.


Una Pit, esta realizando una barrena plana invertida. La humareda que desprende esta hecha a propósito para que se puedan apreciar las figuras acrobáticas que esta realizando.



Un Extra 330, es decir 3,30 metros de envergadura, comienza su vuelo para deleitarnos con sus acrobacias y sus vuelos invertidos a ras de tierra.



Y aquí está rozando el suelo a 180 kilómetros por hora; la tensión del piloto que desde el suelo lo pilota es máxima. Verlo venir hacia ti a través del visor de la reflex daba miedo.


Y llegan los reactores. Con turbinas que funcionan igual que las reales y hacen el mismo ruido. Dos litros de keroseno duran unos diez minutos y mueven al avión a 350 kilómetros por hora.


No es un avión real aunque lo parezca. Es un monstruo que cuando pasa por encima tuyo da la sensación que estas cerca de un gran aeropuerto.

Espero que os haya gustado. Otro día os traeré aviones que vuelan sin motor en las laderas de los montes o remolcados al igual que los de verdad por otro avión.
Sed felices.
Antonio

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