lunes, 12 de noviembre de 2012

Valencia, España: la Ciudad de las Artes

Este fin de semana ha estado lleno de contrastes: por las mañanas motos y por las tarde a conocer algo de la hermosa Valencia y como no había mucho tiempo que mejor que sumergirnos en el antiguo cauce del Turia y andar por las asombrosas estructuras que el Sr. Calatrava diseñó para la Ciudad de la Ciencia.
A primera impresión, la sensación es de encontrarse ante un mundo de fantasía que podía haber surgido de la mente de cualquier escritor de ciencia ficción; seguro que Julio Verne la hubiese interpretado así.
Por otro lado no sabes si lo que miras son extraños animales marinos o personajes robotizados salidos de la película de La Guerra de las Galaxias.
El auditorio, más hacia el norte del cauce, puede ser la cabeza de un extraño animal marino o el casco del misterioso Lord Vader. Da la sensación que en un momento determinado va a salir una voz profunda del interior del casco diciendo "Hijo mio, pásate al lado oscuro..."
Luego, en medio del río artificial, ese ojo acristalado, que podría ser la nave del capitán Nemo emergiendo de las profundidades del oceano, como los delfines y ballenas que en las películas de su cine  se proyectan. Ojo articulado que observa todo, y a todos, lo que pasa a su alrededor.
Y ya en el museo, las costillas de una ballena gigante te acogen. Su longitud es tal que la vista se alarga a lo largo de cada una de ellas para ir a perderse en una luna creciente, en posición inverosímil, que parece estar elevándose detrás de las cuerdas de acero de una gigantesca lira. Y se puede llegar a tener la ilusión que de ella saldrán magníficos sones que alegraran la estancia en el museo.
Poco tiempo tuve para ver el conjunto. Había mas cosas que hacer, entre ellas ir a cenar una paella en muy buena compañía, y dar un paseo por el palmeral que forma el paseo junto a la playa.
Habrá que volver, pero sin carreras de motos, para aprovechar el día al completo tanto en el museo como en los parques que se han formado a lo largo del río. Eso será en la primavera que viene.

Respecto a su funcionalidad, me imagino que será fantástica. No puedo opinar. Dos horas alrededor de esta ciudad solo permite hacerse una idea de la grandiosidad del entorno. El museo no dio tiempo a verlo.Y tendré que conocerlo, puescreo que enseña con la vista yel resto de los sentidos. Tiempo habrá para volver y contaroslo.
De momento este pequeño reportaje.


UN RATO EN VALENCIA. LA CIUDAD DE LAS ARTES.





































































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