jueves, 27 de diciembre de 2012

FLORES CON POESIA XXX.- El suspiro de amor






Nuestro poeta de hoy nació en Bayona, Francia, en mil ochocientos quince; hijo natural de un militar andaluz y una guipuzcoana. Estudio en su juventud bajo la dirección de Alberto Lista en un colegio de Madrid y a los quince años fue a Paris a estudiar pintura. Allí conocería a personajes de la talla de Fernández Moratín y Godoy.

Romántico empedernido, fundó en Madrid la revista El Artista junto con su amigo, y posteriormente cuñado, Federico Madrazo. Esta revista estaba destinada a proclamar le romanticismo y defenderlo de los clasistas.





Fue escritor polifacético que escribió obras de teatro, narrativas y poesías. Fue político y en la administración ocupo cargos relevantes, llegando a ser Director General de Instrucción Pública. Académico de la Española en 1847, fue condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica y de Carlos III. Así mismo, fue encargado de difundir en Francia los grandes maestros de la literatura castellana. Estamos hablando de Eugenio Ochoa.

Sus obras de teatro son: Incertidumbre y amor, Un día y un año y Un día de 1823. Como gran narrador que fue podemos destacar sus novelas Los guerrilleros, Auto de fe, Luisa o el castillo de los espectros, etc. Sus poesías están recogidas en un libro titulado Ecos del alma, y de ellas os doy hoy a leer esta titulada El suspiro de amor.

Eugenio murió en Madrid en mil ochocientos setenta y dos.













EL SUSPIRO DE AMOR



Era la noche: debajo
de la gótica ventana
de su hermosa castellana
suspiraba un trovador;
y al lánguido son del arpa
así cantando decía:
- vuele a ti, querida mía,
este suspiro de amor.








La noche encumbre la tierra;
rugen, ¡ay!, los aquilones:
sólo miro tus balcones
del relámpago al fulgor;
tú tal vez del sueño gozas
olvidándome en tu lecho,
mientras exhala mi pecho
por ti un suspiro de amor.








Ven, ¡oh hermosa!, no hay ninguno
que te adore cual te adoro:
yo he lidiado con el moro
en los campos del honor;
a mi lira no hay ninguno
que le exceda en armonía,
y continúo el alma mía
por ti suspira de amor.








Yo triunfé de los valientes
en las Justas del Viseo:
tú eras la reina del torneo
y premiaste al vencedor:
suspiraste cuando  en lauro
coronabas mi cabeza:
¿fue un suspiro de tristeza
o fue un suspiro de amor?




De mi amargo desconsuelo
ten piedad, querida mía;
oye el canto que te envía
tú rendido trovador:
yo tan solo a ti adoro,
yo por ti, mi bien, respiro;
por ti mi postrer suspiro
será un suspiro de amor.







Se abrió entonces el balcón
y suavísima se oía
una voz que respondía
a la voz del trovador:
el calló; lánguido luego
de la gótica ventana
de la hermosa castellana
salió un suspiro de amor

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Espero que os haya gustado. Perdonad posibles errores y mala paginacion pero los cambios de ordenador me llevan por el camino de la amargura.
Buenas día a todos.
Como siempre,  sed felices
Antonio

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