lunes, 3 de diciembre de 2012

PASEANDO AL ATARDECER POR MADRID.-Noviembre 2012


Ha sido el último paseo del mes de noviembre por Madrid. Empecé tarde el paseo, dicen que nunca es tarde, con las luces del sol ya muy caídas, con unos tonos dorados impresionantes y un frio que crecía por momentos.






No tenía absolutamente planeado el paseo y decidí primeramente pasar por la Puerta del Sol. Allí, sonriente como buen madrileño, Carlos III mira a todo el que pasa por la plaza.






Ya están montando el árbol electrónico de Navidad. Un árbol metálico que se encenderá dentro de unos días.
Nunca he entendido como en mitad de la plaza no se hizo una gran jardinera donde plantar un maravilloso abeto que diera algo de sombra a los transeúntes en verano y encendiese la imaginación de los niños, y porque no de los mayores, en estas fiestas que vienen.







He subido desde aquí hacia la plaza mayor y en el cruce de la calle de Las Postas con la de la Sal hay que levantar los ojos hacia el cielo para ver unas pinturas del maestro Mingote, un relojero de hace dos siglos y la posada del Peine.
Un cruce de calles maravilloso con el arco de la calle de la Sal que irrumpe a estas horas en un fuerte contraluz del sol que en Poniente esta yéndose a dormir.




La plaza Mayor esta engalanada con las casetas de los vendedores de artículos de Navidad y de broma. También alguna gitana ofreciendo algún ramillete de alguna planta aromática intentando vendértelo.




Siempre que las miro me asombran las pinturas existentes en la casa de la Panadería. Hoy las he juntado alguna de ellas para ofrecéroslas y que las podáis contemplar, pero un día de estos me iré a la plaza con buena luz y trípode a haceros un reportaje de ellas.







He salido de la plaza Mayor por el arco de la calle Toledo y allí al final se divisan las torres de la Iglesia de San Isidro, que fue la catedral de Madrid durante mucho tiempo.





Giro por la calle de los Latoneros y pasando la plaza de la Cruz, enfilo por la calle





 
San Justo donde se encuentra la nunciatura apostólica.





 Un poco más adelante  cruzo la calle de la Traviesa que une la calle de Sacramento con la calle Mayor. Madrid también tiene calles estrechas y esta es una de ellas.





Al final de la calle Sacramento y en el enlace con la calle Mayor está situada la iglesia castrense, la iglesia de los militares.




 

Aquí decido dar la vuelta y subo por la calle Mayor. En la acera me encuentro a un Pinocho de madera que acaba de contarle una mentira a algún turista que se ha dejado engañar, pues tiene una enorme nariz.



Un poco más arriba la plaza de la Villa y el antiguo ayuntamiento nos miran con la tranquilidad del deber cumplido. Ahora las reuniones de los concejales se celebran allá en el Palacio de Correos y Telecomunicaciones.


 

Una de las obras de remodelación de los mercados aparece frente a mí. 





Es el mercado de San Miguel donde los cristales han cerrado las antiguas fachadas de los puestos de frutas y verduras y han encerrado en su interior una multitud ingente de puestos dedicados al buen comer. Se puede encontrar de todo, eso sí, todo moderno.
Vuelvo a entrar en la plaza mayor. Se me está haciendo de noche y aun me queda mucho trecho por recorrer. 




La luz cada vez mas exigua me hace cambiar la sensibilidad de la maquina. Ya he tenido que borrar dos fotos y repetirlas por estar movidas.



 
Miro sus columnas u sus puestos navideños y saliendo por la calle Gerona, mi patria chica, cojo la calle Atocha para bajar por ella a buscar el Paseo del Prado.



Paso por delante de la parroquia de la Santa Cruz, portada modernista con aire gótico





 y sigo bajando hasta llegar al mercado de Antón Martín donde compro un par de codornices para una comida que tenemos mañana y faltaban piezas volátiles.
Ya estoy en el Paseo del Prado. Se me ha hecho completamente de noche. Solo puedo fotografiar dos de las cuatro fuentes que existen delante del Real Jardín Botánico, a pulso. No quedan mal del todo, os la pondré.





El Museo del Prado se ha quedado a mi derecha, pero ya hare un reportaje del Madrid nocturno.
Un poco más adelante, en la plaza de la Lealtad, fotografió la iluminación navideña del hotel Ritz.



Cruzo por Neptuno, y aprovechando no se qué manifestación, creo que hoy es de médicos otra vez, fotografío la fuente de noche que nunca lo había hecho.


Un poco más arriba, justo donde comienza la valla de las obras del Congreso de los Diputados, me giro y veo la iluminación del edificio de Plus Ultra y el hotel Palace. Hago un par de fotos de prueba y decido que es hora de volver a casa y calentarse un poco. Se ha despedido noviembre con frio. Estoy helado.





Este ha sido el paseo de hoy, el ultimo paseo del mes de noviembre.
Animaros a hacerlo si tenéis tiempo. Conoceréis el Madrid de los Austrias.
Hasta la próxima.






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