Nació en Madrid en mil novecientos veinte nuestro poeta de hoy. Muy joven su familia se traslado a Canarias donde realizó sus estudios de bachillerato, prosiguiéndolos después realizando la carrera de Filosofía y Letras en la facultad de La Laguna y terminándolos en Madrid, donde no llego a doctorarse por discrepancias por la forma política existente en ese momento en la Complutense de Madrid. Estamos hablando de principios de los años cuarenta, es decir recién terminada nuestra Guerra Civil.
En Madrid frecuento las tertulias del café Gijón y ahí conoce entre otros a Camilo José Cela, a Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Eugenio de Nora entre otros muchos; estos le animaran a publicar sus poemas y Dámaso Alonso se convierte en su mentor y mejor critico de su poesía.
Se traslada a Canarias donde su compromiso con el Partido Comunista de España se traduce en escritos en la publicación Canarias Libre.
Pedro Lezcano Montalvo escribe en esa época un poema titulado Consejo de Paz en la que hay una crítica feroz del militarismo y las desigualdades sociales, por lo que es juzgado en un Consejo de Guerra.
Restaurada la democracia se inscribe en Unión del Pueblo Canario y llega a ser Presidente del Cabildo de Gran Canaria en los años 1991 a 1995.
Pedro Lezcano escribe cuentos, teatro y poesía.
De su obra en prosa podemos destacar los siguientes títulos: La ruleta del sur, Desconfianza, Diario de una mosca, etc.
De su obra lirica las siguientes: La maleta, Consejo de Paz, Cinco poemas, Romancero canario, Paloma o herramienta, etc.
Os he elegido para hoy un poema titulado Mi alma.
Espero que os guste.
MI ALMA
Mi alma, oculta en la torre de mi frente, se sabe
a dos metros escasos del suelo que la aterra,
y allí sueña con alas y llama hermosa al ave,
mientras mi boca siente que rechina la tierra…
Cuanto anhelo de cumbres, cuanto delirio, cuanto,
en un cuerpo que repta con ensueños de vuelo…
Si algo de mí a la estrella llega, será mi espanto,
que es mi amigo y mi sombra, que es mi infierno y mi cielo.
Ni construyendo sueños, ni inventándome dioses
consigo no sentirme de mi terror poseso.
Todos mis hastaluegos bien sé que son adioses,
que entre el suelo y mis labios hay decretado un beso.
--oOo--
Espero que os haya gustado.
Sed felices.
Antonio
Me estás descubriendo otro mundo con tus poetas y tus preciosas flores. Muchas gracias, Antonio.
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