sábado, 18 de mayo de 2013

LOS PATIOS DE CORDOBA.-No mires los ojos de una morena...

A mi amigo Luis, cordobes hasta la medula.
Deciame mi amigo que se emocionaba cuando alguien le habla de Córdoba. No me extraña Luis: luz y color se dan la mano; cielo y tierra se miran y se gustan. Las flores, las humanas y las de los tiestos, preciosas. "Mirar ustedes" la armonía de colores, cielos azules, paños blancos y los ojos... Los ojos de una cordobesa no hay que mirarlos, porque sino no se sale nunca más de Córdoba.

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Las flores luchan en las paredes encaladas para intentar elevarse al cielo y contemplar desde allí su ciudad. Quieren ganar los aleros y subir a las cubiertas de teja, haciéndose como palmeras y poder mirar  desde allí la mezquita y el Guadalquivir.


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 Pero las sombras, envidiosas del contenido multicolor de sus tiestos quieren dejar su huella en los blancos encalados cordobeses. Arco iris de macetas y flores; blanco y negro en encalados y sombras. Y mires donde mires siempre hay una flor, una maceta, un encalado, una sombra y una morena.

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 Y la reminiscencia árabe, se ve reflejada en las cubiertas y en los techos; los patios y los altares de los edificios se encierran entre flores para darle frescor a los suelos  y a sus moradores. Conviven geranio y buganvilla, hiedra y gitanilla; teja árabe que se asoma despreciando el vértigo para ver las flores y los picos de gorrión de los aleros cantan por si solos canciones mudas que les enseñaron sus antiguos, los moros ilustrados del medievo. Y allí una morena; no le mires a los ojos que no sales de Córdoba.

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 Contrastes de luces, colores y sombras. La vida y su sombra conviven sobre el encalado de la pared del patio. Patios cordobeses donde hasta las macetas son flores y las paredes selvas que trepan hacia el sol. Y con las flores, las sombras que le dan vida con sus movimientos a los blancos encalados.

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Todos los años, siempre un año mas, se renuevan las plantas, se encalan las paredes, se pintan los tiestos y se reza a la Virgen de los Faroles para que las flores embellezcan cada rincón de la casa como si cada una fuese una luminaria. Sinfonía de tonos rosas, rojos, verdes, azules, amarillos; negros ojos... Cuidados con los ojos negros de una morena: no los mires que no sales de Córdoba.

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 ¿Quien vive detrás de tan hermosa cortina? Ningún tapicero ha conseguido jamás realizar una tela semejante como la que la cordobesa ha tejido en esta ventana y su reja. Cascada de geranios y gitanillas que parece que están cantando, Voces altas arriba y agudas en el alféizar; el director de escena es la luz maravillosa de Córdoba. Para que no escape a recorrer cantando por las calles de la ciudad, la reja contiene a los cantantes.

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 ¿No te decía yo que las sombras querían ser flores? Que rebosaban de felicidad por poder adornar como ellas las encaladas paredes. Y que me dices de la reja; tan negra que casi es otra sombra. Y el tiesto azul  con su geranio o su gitanilla ¿Sabes por que esta tan alto? ¿Sabes por que hay una persiana detrás de la reja? Para que nada enturbie los ojos de la morena cuando salga a la ventana: nunca le mires a los ojos, que no sales de Córdoba.

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Y el farolillo deslumbrado por las flores permanece apagado. Sueña con la noche, quizás con una guitarra o el canto solitario de su dueña, para encender entonces el patio. Y al son del aire que corra en ese momento hará danzar a las sombras y a las flores a las que alumbrará por los muros del patio como el más grandioso ballet que jamas hayas podido imaginar.

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Pugnan ambos por ver quien deja la sombra mas hermosa,el rosa o el encarnado, geranios ambos. Magia de chinescas que no mueve nadie, solo el aire y las flores. Dialogo de flores entre si, diálogos de sombras entre ellas; escchalos; sentimientos que aportan las flores en monocromos movimientos, suspiros de flor, anhelos de sombra. Disfrutalas cuando estés ante ellas; se dejan sentir y se alegran de que seas capaz de sentirlas.

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¿Prisión o marco? Apuesto por el marco.
Detrás de la maceta una ventana en penumbra, más parece un simple hueco; al frente una reja que enmarca; por todos lados unos geranios que corren alrededor como adornando y las sombras que convierten la planicie en una pradera que cambia a cada minuto como  reloj de sol, haciendo el escenario distinto en cada momento. ¿Se puede pedir más en menos? Y detrás de todo ello seguro que hay los ojos de una morena... no le mires a los ojos que no sales de Córdoba.

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¿Que le falta a esta ventana? Mira que es bonita; mira como destaca; mira su añil y su luz... Pero algo le falta.
La negra reja parece ser excesivamente grande para solo dos macetas. Dos macetas una alegre y otra triste.Una con flores rojas de pasión y otra con pequeñas flores blancas de pureza. ¿Que le falta a la ventana? 
Ya se que le falta a la ventana, mas flores que la arropen y los ojos de una morena que... No le mires los ojos a una morena cordobesa que ya no sales de Córdoba.
--o0o--
                                                                                
 Mayo de 2013

1 comentario:

  1. Emocionado agradecimiento, Antonio. También emocionantes reflexiones y consejo, pero ya es tarde, miré a una cordobesa.Y a Córdoba. Un abrazo. Luis

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