viernes, 28 de marzo de 2014

FLORES CON POESIA CLXXVII.- La muerte en la piedra.

Poca cosa puedo deciros del poeta elegido hoy.
Sé que nació en Huelva en mil novecientos once y que se licencio en Derecho, pero poca cosa más he encontrado en la Red para poderos dar información de él.
De las poesías que he encontrado de José Luis Vazquez de Zafra puedo deciros que es algo tétrico, casi patético.
 
 
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Sus poemas son muy personales, trascendentales, y casi todos los que he podido ojear tristes y relacionados con la muerte.
No sé nada más de él. He buscado y rebuscado y solo encuentro constancia de libros escritos por el cómo: Huella en la arena, Camino de Sirga y otro titulado Crónicas, ensayos y narraciones.
Que estuvo relacionado con Huelva no cabe la menor duda, pues fotos suyas si aparecen en la red, pero nada más.
Tiene un soneto dedicado a la muerte de García Lorca, precioso pero trágico.
Hoy os dejo este poema suyo titulado:
 
 
LA MUERTE EN LA PIEDRA.
 
 
Héroe: si, has arribado; llegaste.
Tu vida es cuarzo transparente; quieto.
Estás sereno ya, y, el arma al brazo,
la vista lejos, impasible, esperas.
 
 
 
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Cuajado esta tu sino, con madurez y entraña,
con alas y raíz; puedes mirar de frente,
y aun retar, si es preciso, la señal postrimera,
o forzar la consigna, si es que aprieta el hastío.
Tu, soldado, conoces muy bien la noche amarga.
-Soportamos impávidos la soledad nosotros.-
 
 
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Pero ¿qué harás, un día, tu solo ante la ausencia,
la inanidad cordial o el gesto impenetrable,
salpicado de sucia verdad, del egoísmo?
 
 
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Digan otros: Perfecto… la inmóvil armonía…
Pero tú no eres de estos; pesa mucho la sangre.
Siente en la mesa el puño de nuestra verdad más alta:
¡Perezca yo!, y el mundo se nos hace más leve…
 
 
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Pese a todo, nosotros conocemos un norte.
Tú también, o yo a ti, bien sereno, en su día
hemos de vernos, grávidos, en tu piedra inmutable,
tierna ya, macerada, y eterna en el olvido.
--o0o--
 
 
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 Nada más por hoy. Sed felices. Antonio

2 comentarios:

  1. Pues a mí me ha encantado el poema. Obviamente no es una oda a la alegría, pero es muy profundo, y acompañado de esas inmejorables fotografías, un reportaje maravilloso. Gracias Antonio.

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  2. La luz y el color de las fotografias suavizan las afirmaciones del poeta. Has encontrado poco, pero lo expresado es suficiente.

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