viernes, 13 de febrero de 2015

Insectos: 10 fotos de una mañana en el Botánico madrileño.-

Los que no hemos estudiado entomología y encima hemos llegado tarde a aficionarnos a observar a estas maravillas de la Naturaleza que son los insectos, tenemos que satisfacer nuestras carencias a base de sacar el máximo partido a las tomas fotográficas que hacemos y consultar a los entendidos que es cada uno de los animales que fotografiamos.
Por la razón expuesta, no me gusta dar explicaciones de cada uno de los insectos o arácnidos que pueda sacar en mis trabajos, solo, como bien expresa el titulo de mi blog, quiero enseñar ese mundo pequeño que bulle a nuestro alrededor y que muchas veces pasa desapercibido a espectadores que no lo ven porque no lo conocen.
Las diez fotos que os coloco hoy las realice en el Real Jardín Botánico de Madrid una mañana de junio del año 2011, al mismo tiempo que fotografiaba las flores de ese maravilloso lugar. Compaginar insectos y flores es muy fácil cuando se llevan dos maquinas con dos tipos de óptica completamente distintas.
En este caso utilicé un 300mm y un 60mm con macro y la conjunción de ambos es un buen equipamiento para ambas cosas.
Si os parece comencemos con los insectos fotografiados:



Fijaros en sus ojos, con esas líneas verticales a modo de cortinas. Y siempre ese punto negro en su mirada dirigido a ti, observándote. Se estaba pegando el gran festín con una planta crasa. Diez más como él y no hace falta en el Botánico podadores.



Curiosas las tonalidades que presenta esta mariposa en su lomo. Si lo que vemos es una mariposa desde la vertical. Si pudieses verle los ojos os darías cuenta que sus dos puntos negros están girados hacia arriba mirándonos. Esta sobre una flor de cebollino, flor a laque van infinidad de insectos, y que les debe gustar enormemente.



Cuando se fotografían insectos no es necesario que todo sean macros. Se puede obtener fotografías curiosas con el animal a cierta distancia como complemento de algo que se quiera fotografiar. Es el caso de esta abeja libando. La abeja aquí es un complemento de la fotografía.



Cuando miro esta foto, no se por qué, me acuerdo de las plantas carnívoras y me da la sensación que los pétalos se van a cerrar sobre la pobre abeja en cualquier momento. Si os fijáis en la abeja veréis que esta libando con su lengua que asemeja a un punzón.



Me encanta verlas de frente. Parece que lleven puesta una escafandra con esos enormes ojos que tienen. Da la sensación que en cualquier momento te va a disparar un misil. Fijaros en las mandíbulas, dispuestas a partir lo que haga falta. Y lo curioso es que en todos estos años jamás he tenido un ataque de una de ellas, en realidad de ninguno, claro que tampoco las molesto, solo las fotografío. Cuando no quieren posar, se marchan.



En esta otra foto, hay dos pequeños amigos que comparten la misma flor. Dos especies distintas en completa armonía disfrutando de los mismos sabores. Está claro que no son depredadores y que solo buscan los néctares que gustosas las flores ofrecen a cambio de transporte gratuito de polen.



El pequeño saltamontes de grandes antenas. Fijaros la desproporción existente entre el cuerpo y su antena. La verdad es que nunca sé donde clasificarlos a estos pequeños. No sé si son quilíferos o ensíferos. Lo que sí está claro es que tienen unas enormes patas para dar saltos.


Otra mariposa. Me encanta poder observarlas y ver sus dibujos, en este caso al tener las alas cerradas poco se ven, y como se caracterizan las distintas especies en ellos. Y la lengua. Parece mentira que un animal en proporción pequeño, pueda tener una lengua tan larga y que recoge enrollándola. Ahora mismo está libando.


Esta maravilla de la evolución, me encanta. Parece que esta andando sobre un mar de fuego, encima de las flores de un cebollino o algo similar. Fijaros en su lengua introducida dentro del cáliz de la flor, buscando el néctar. Hace poco que ha salido de su colmena porque no lleva polen acumulado en sus patas. Está demasiado limpia. Y el abrigo de pelos que la rodea es curioso.



Por último y de nuevo la langosta que ni se inmuto cuando me puse a fotografiarla. Seguía comiendo como tal cosa, para de vez en cuando mirarme con esa caída de ojos cortineros, como indicándome que estaba ocupada en ese momento y que me atendería mas tarde.

Dos objetivos, dos formas distintas de fotografiar bichos, dos formas distintas de entender a los insectos en un mismo paseo.
¿A qué vienen estas reflexiones? A que alguien me decía ayer que le gustaría fotografiar solo con objetivos macro y le dije que era un error. Esto es un ejemplo de que no es necesario. Los insectos viven al igual que nosotros rodeados del mundo.
Nada más por hoy.
Sed felices
Antonio

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