miércoles, 18 de marzo de 2015

Los pájaros de mis paseos del mes de marzo.-

Me encantaría tener un maravilloso objetivo para la caza de aves a distancia, pero tengo que conformarme con mi zoom de 75-300 que me da más de una satisfacción y que me acompaña en casi todas mis salidas.
Antes de seguir, dar desde aquí las gracias al amigo Eugenio García Cabellos que de vez en cuando acude en mi socorro con los nombres de las aves.

Hembra de gorrión observando los movimientos de sus compinches
 
Tanto los que vivimos en la ciudad como los que lo hacéis en el campo, estamos siempre rodeados de distintas aves que conviven en nuestro mismo espacio e incluso comparten en breves momentos con nosotros.

Paloma torcaz oteando desde su rama preferida.

En las ciudades los gorriones y las palomas están por doquier. En las ramas de un árbol, en el vuelo de una cubierta o en el pasamanos de una barandilla, e incluso apoyados en el respaldo de una silla de terraza esperando una migaja de pan o un trozo de patata frita.

Herrerillo a la puesta de sol sobre un Cornejo macho.

En los lugares con arboleda se ven otros amigos.
Las palomas torcaces siempre miedosas y asustadizas, con esas cabecitas tan desproporcionadas con el resto del cuerpo invaden los campos y en la época en la que la emigración es eminente se las puede ver encima de los cables de las líneas de media tensión esperando el momento de partir hacia otros lugares.

Azulón un instante antes de amerizar en un estanque.

Hay un invasor de nuestro hábitat: las cotorras. Han proliferado de forma alarmante, se las ve por todos lados. En grupos siempre, no tienen enemigo que controle su crecimiento. Pastan en las praderas de las urbanizaciones y crean enormes nidos en árboles altos, incluso en pleno Paseo del Prado de Madrid. Por otro lado, si se las observa son fantásticas trepadoras y realizan verdaderas piruetas sobre el vacio para coger su comida o su rama para el nido.

Cotorra intentando conseguir las simientes de una acacia.

Qué decir de los azulones, esos ánades que comparten nuestros estanques, que son capaces de acercársenos a pedir un algo que llevarse a la boca e incluso criar a sus polluelos a nuestro lado. Es fácil en época de celo observar las terribles escenas de monta de una hembra por parte de un montón de machos.

Alegoría de una Victoria en las alas abiertas de una ploma.

Y hay pájaros, como los herrerillos, relativamente sociales, inquietos, que corretean por las ramas de los árboles en busca de esos pequeños insectos, que nosotros ni intuimos, olvidándose de nuestra presencia.

Gorrión saliendo de su nido en el interior de un árbol.

Y qué decir de los mosquiteros, inquietos como ninguno, los petirrojos, etc., etc.

Este mosquitero observa también la puesta de sol desde el Cornejo macho.

Cuando salgo a pasear no voy con la idea de fotografiar pájaros, pero si se colocan a tiro me encanta encontrarles posturas y situaciones que luego te hacen disfrutar.

El vuelo en planeo de esta paloma, recuerda a los pesados aviones de carga.

En esta entrada os dejo las fotografías de dos paseos de este mes de marzo por los parques madrileños. Seguro que si cundo andáis por ellos os fijáis un poco en sus ramas y setos, veréis a más de uno que a la vez os observa a vosotros.

Esta hembra de pinzón, me observa entre la seguridad que le ofrecen las intrincadas lines de las ramas de un arbusto.

Nada más por hoy.
Sed felices.
Antonio

No hay comentarios:

Publicar un comentario