martes, 16 de febrero de 2016

Breve historia de los Caballeros del Temple y fotos de la iglesia de La Vera Cruz de Segovia

Delante de mí se encuentra la iglesia de la Vera Cruz en las afueras de Segovia. Muchas veces he venido. Unas no he podido entrar por horarios y una extraña desazón me ha quedado. Hay algo que me llama en esta iglesia, algo que escucho en mi interior  cada vez que me acerco a ella y que quiere que lo trasmita.


La iglesia está al norte del Alcazar

Esta situada al norte de la villa, en la carretera a Zamarramala de la que fue parroquia. Me paro delante de la puerta y observo. Veo los dos capiteles de la puerta sur en los que sendos templos aparecen en uno protegido por arpías y en otro los templetes parecen recoger a lo que a mi me parecen dos monjes.




La iglesia de la Vera Cruz desde la carretera de Zamarramala.

Extraña, rara, fuera de los cánones de la época del románico, con su planta poligonal.
Allí, en lo alto del montículo, se levanta sola en mitad del páramo como si los calores del verano y los rígidos inviernos castellanos le importasen bien poco.
Entro. 


El templete en el centro de la iglesia

Me asombra el silencio y la forma circular interior y me sorprende sobremanera el templete central, ocupando el centro geométrico de la circunferencia interior del templo y unido a sus muros externos con sendos arcos de medio punto.
Unos dicen que es templaría y otros que la fundaron los Caballeros del Santo Sepulcro. Fuese quien fuese su constructor esta claro que se seguía un diseño parecido a cómo era la mezquita de al-Aqsa en la explanada del Templo de Jerusalén.
Las escaleras del templete me llaman poderosamente la atención.


Las escaleras de acceso a la parte superior del templete

Una fuerza increíblemente poderosa me está diciendo que suba, que comience a escalar peldaño a peldaño para llegar a su planta superior.
Antes me introduzco en la cámara inferior del templete. ¡Me sobresalto! ¡Parece que alguien me llama!
Un escalofrió recorre mi cuerpo. Desde niño he oído contar historias de los caballeros templarios y una extraña sensación de agobio me oprime como si allí dentro hubiese algo por descubrir…



Hugo de Payns creó la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón en 1119 después de la primera cruzada con la idea de proteger a los peregrinos que llegaban a visitar los Santos Lugares en Palestina. Su casa inicial fue la mezquita de al-Aqsa que les fue entregada por el segundo rey de Jerusalén, Balduino II.
Los templarios nacieron como una orden religiosa y militar que debía estar formada por caballeros con titulo y el resto serian gente del pueblo que en función de su capacidad podían llegar a ser sargentos de la Orden, pero siempre ateniéndose a los preceptos establecidos en el Concilio de Troyes.
Me imagino a aquellos caballeros sobre sus corceles con sus túnicas blancas iniciales y la Cruz paté roja que les concedió llevar en todo momento el papa Eugenio III unos veinte años después de la creación de la Orden.


Altar en el interior del templete

… Estoy en el interior del templete y miro hacia arriba. Una cúpula tosca está atravesada por cuatro nervaduras que se cruzan, pero que no se unen en el centro, que me recuerda de algún modo la Cruz paté. Algo me oprime y algo parece querer empujarme a narrar la historia del Temple estando ahí dentro.
El pequeño altar me hace recapacitar. ¿Por qué un altar allí arriba? ¿Por qué este templete fantástico? La verdad es que se sale de lo corriente y sin posible explicación mientras no se encuentre documento que de ello hable.



Si se juntan las 4 esquinas grandes parece la cruz paté.

El presbiterio, el lugar más sagrado de un templo y reservado para los sacerdotes, se encuentra siempre en la parte del templo que da más al este. ¿Por qué el templete? ¿Algún rito de la Orden que se realizase en él?
Los Caballeros del Temple, así resumiremos su nombre, comienzan una peregrinación hacia Roma para conseguir del papa la autorización pertinente para la constitución de su orden y hacia Francia para crear en ese país las encomiendas iniciales que se encargasen de reclutar caballeros y sirvientes para el Temple, así como la consecución de dinero para llevar a cabo la construcción de castillos y fortalezas con los que proteger los territorios de Tierra Santa.
El esquema de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón desde su fundación hasta su desaparición en Tierra Santa y Francia se describe en el siguiente cuadro:


Es interesante la historia del Reino de Jerusalén en sus casi ciento treinta años de existencia es curiosa. Y en esos ciento treinta años nuestros caballeros estuvieron siempre luchando y defendiéndolos Santos Lugares y a los peregrinos que allí se acercaban.


Las tres naves vistas desde el templete.

Imagino el año de 1187 cuando los caballeros del Temple y los Hospitalarios tuvieron que luchar unos junto a otros en la batalla del desfiladero de los Cuernos de Hattin y fueron derrotados por Saladino, sultán de Egipto, que llevó a la perdida de Jerusalén.
Veo a los cruzados supervivientes de aquella batalla dejando Jerusalén atrás. Veo la imagen de unas caras llenas de sangre, sudor y polvo del desierto, arrugadas por el dolor y el cansancio. Su razón de ser se tambaleaba y su función principal, proteger Jerusalén, quedaba relegada a un lejano pensamiento que se iba escapando al mismo tiempo que galopaban a refugiarse en la fortaleza de la ciudad de Acre, San Juan de Acre.
En la ciudad amurallada de San Juan de Acre convivirían Templarios y Hospitalarios durante otros ciento tres años. Desde allí, lucharían en pequeñas escaramuzas y en ayuda de cada una de las cruzadas que se realizaron posteriormente.
En 1248, durante la séptima Cruzada, Luis IX de Francia, el Santo, fue hecho prisionero y rescatado mediante un extraordinario recate sufragado por la Orden del Temple.
En todos esos años los templarios en Francia habían realizado una fantástica obra tanto de recaudación de dinero como de hombres para su ejército.
Crearon los primeros pagarés de la historia, de tal forma que alguien que hubiese realizado negocios con ellos no llevaba el dinero encima, sino que al llegar a su destino se acercaba a una encomienda templaria y allí se le abonaba lo que en otra encomienda había vendido.
Crearon una poderosa flota con la que transportar a sus hombres y caballos hasta Tierra Santa, pero que a la vez les sirvió para realizar transacciones comerciales a lo largo de todos los mares que rodean al continente europeo.
Y con la buena administración de sus recursos, en realidad sus encomiendas se convirtieron en pequeños bancos, fueron creando un potencial económico nada despreciable que a la larga sería su perdición a causa de las deudas que la monarquía francesa había contraído con ellos.
Pero ¿Los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón solo actuaron como monjes guerreros en Tierra Santa? No, la Orden del Temple se estableció también con gran fuerza en los reinos cristianos de la Península Ibérica que eran por entonces Aragón, Castilla, León y Portugal. (Aquí se tratará a Castilla y León como un solo estado en la tabla resumen)


Copia de un Cristo crucificado del S XIII.

Esta claro que la Orden del Temple entro con fuerza en Aragón pues el rey Alfonso I el Batallador ya les nombro herederos de la Corona Aragonesa junto a otras órdenes y se sabe que recibe una serie de castillo por las ayudas al avance de la Reconquista aragonesa hacia el sur.
En Portugal ya se tiene noticia de una primera donación, el castillo de Souce, en 1127, es decir dos años antes que se reuniesen obispos y monjes en el Concilio de Troyes para dictar las reglas de la Orden.



En Castilla y León que por aquel tiempo eran dos reinos distintos llegan casi al mismo tiempo que en Aragón aunque en Castilla la primera donación de la que se tiene constancia es la de Villaseca en la provincia de Soria.



Puerta oeste del templo. Fijaros en la bandeja superiorrota por las aguas de las tejas

¿Qué hicieron los Templarios en la península? Guerrear en cada uno de los reinos cristianos por la Fe y la defensa de la cristiandad e intentar reconquistar tierras a los moros.



Así, como podéis ver en el cuadro adjunto, estarán en las principales batallas de los reinos cristianos contra el invasor musulmán. Conocerán grandes victorias, y serán recompensados por ello, pero sufrirán graves reveses y perdidas notorias como por ejemplo Alarcos en Castilla o Alcocer do Sal en Portugal.


Restos de lo que parece ser una Adoración de los Reyes Magos. La segunda figura parece San José dormido.

...He salido del templete; voy observando uno a uno los rincones de la iglesia de La Vera Cruz. En algún lugar hay unas cruces paté y me hacen dudar de nuevo. Me da la sensación de que oigo voces y gritos. Oraciones y lamentos se cruzan en mi cabeza y me hacen pensar que estoy influenciado por algo que se escapa a mi compresión. Veo sangre de todo tipo de religiones entremezclada en los campos de batalla, luchando por ideales distintos, por creencias distintas...
Se conquista toda la vega del Ebro hasta Tortosa y luego, conjuntamente  por las tierras altas y junto al mar se van haciendo los Aragoneses con el reino de Valencia y  las islas Baleares, mientras Castilla y León conquistan Córdoba y Sevilla; Portugal extiende sus dominios hasta el Atlántico por el sur y permanecerá así hasta la actualidad.
...Rodeo el templete central de La Vera Cruz segoviana y sigo escuchando en mi interior gritos. Pero son otro tipo de gritos en los que no se ve sangre de distintas creencias.
Los gritos que nos llegan son el de los sufrimientos por las torturas y las hogueras, y con ellos un cierto olor acre, un olor …  quizás de una vela encendida en algún lugar del templo que no consigo divisar...


Capiteles lado derecho en la puerta sur. Motivos florales y dos arpías cuidando de un templo

Acre se ha perdido en 1291 y ya no queda en Tierra Santa absolutamente nada que defender. Los templarios y los hospitalarios se trasladan definitivamente a Chipre. Estamos en el comienzo del fin.
Desde que los templarios pagasen el rescate por el rey Luis IX El Santo, las deudas del reino de Francia se han ido incrementando con la Orden.
La Orden y sus riquezas aparecen en las miras del rey de Francia, y de su canciller Nogaret, que necesita llenar sus arcas vacías e imagina que el tesoro de los Templarios es fantástico.
...Me siguen sonando gritos de horror y de incredulidad, gritos que salen del interior de un alma desgarrada por la traición, por la pérdida de sus hermanos, por no haberse dado cuenta de lo que se tramaba contra su orden. Me sigue llamando el templete pero me niego a subir de nuevo a él.
Son gritos de una angustia enorme, de esas angustias que se sienten por el dolor de un ser queridísimo pero multiplicado por cientos, son gritos de desesperación de traición que salen del interior de algún monje cuando se percibe que las máximas autoridades de la Iglesia han cedido a los designios humanos, a la avaricia del rey de Francia...
Es el 13 de octubre de 1307; los cuarteles de los Templarios son asaltados mientras dormían y son encarcelados en distintas ciudades de Francia el casi 100% de todos ellos. Muy pocos consiguen escapar y refugiarse. Se les acusa de prácticas demoníacas, adorar a falsos ídolos, ejercer prácticas sexuales prohibidas, sodomía, ir en contra de la ley de la iglesia, de blasfemar y de todo aquello que se os pueda ocurrir.
Ante la negativa a declarar, comienzan las torturas, pero no solo para buscar confesiones sobre las faltas, sino para encontrar un tesoro que se había prácticamente lapidado en la defensa de Tierra Santa y en Chipre.
Todo tipo de torturas se extienden durante seis años en las cárceles de Francia. Muchos templarios mueren sin soltar prenda; otros ante el sufrimiento continuo deciden confesarse culpables de todo aquello que les acusan. Incluso Jacques de Molay, después de mucha tortura decide confesar seis años después y se crea un tribunal para oír su confesión publica, que no es otra cosa una vil trampa.
Y cuando todo el mundo esperaba dicha confesión reniega de ella, dice que jamás se había realizado acto impuro dentro de la Orden del Temple.
Por ello, por habérsele considerado de nuevo hereje, es condenado junto con otros hermanos de la Orden a morir en la hoguera, cosa que sucede el día 18 de marzo de 1314.


Capiteles lado izquierdo puerta sur. Motivos florales y dos figuras, ¿monjes? bajo el templo.

Aquel fue el final de la orden en Europa. Algunos estados tardarían mas, como Hungría, pero tras la muerte de Molay se acabo todo.
En toda la Península se confiscaron los bienes de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, porque a los reyes les venía bien rellenar sus arcas vacías por la Reconquista o por las luchas internas por el poder, pero no se ajusticio a nadie y se les dio libertad para profesar en otras órdenes.
En Portugal, los reyes portugueses decidieron cambiar el nombre de la Orden Templaría por la de Orden de Cristo cambiando sus estatutos y así librarse de la orden papal.
Aragón y Castilla pactaron con los templarios la entrega de sus posesiones y no se encarcelo a ningún templario. Muchos entraron en la Orden del Hospital.
En Aragón, se realizó en el año 1312 el  Concilio de Tarragona donde se absolvió a la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón de todas las acusaciones, ya demasiado tarde, y lo mismo ocurrió en la Comisión de Medina del Campo en Castilla y León.
Salgo de la iglesia con la idea de dejar reflejados mis sentimientos y a la vez redactar una pequeñísima historia de la Orden de los Caballeros Templarios. Parece que una cierta tranquilidad me invade. Los gritos y las angustias han quedado allí, tras la puerta sur con la Adoración casi perdida de la iglesia quizás del Temple, quizás del Santo Sepulcro. Pero las voces y los sentimientos estaban allí.


¿Estan defendiendo las arpías el Templo?...

Por ello más de una vez imagino a un guerrero del Temple, vestido de blanco con una gran Cruz en su pecho y una espada al aire en las batallas interminables de las Cruzadas de un extremo al otro del Mediterráneo.
Y espero que esas voces y sentimientos que siento en la iglesia de La Vera Cruz, sean puras imaginaciones mías y que todos los monjes guerreros descansen en la bendita paz de los muertos justos.
Sed felices.

Antonio

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