viernes, 19 de febrero de 2016

Flores con poesía CCLXIX. Monedas de cobre.

Nació nuestro poeta en Telde, en las Palmas, Canarias allá por el año mil ochocientos ochenta y cinco.
Muerta su madre se traslada a las Palmas de Gran Canaria donde cursará estudios elementales siendo educado por su padre.


Pronto entra a trabajar y a los quince años ya trabaja para una botica, entrando posteriormente en compañías dedicadas al transporte marítimo, inglesas, hasta su jubilación.
Saulo León Torón Navarro es un poeta maravilloso, cercano, que tendrá a la mar como lugar donde explayarse y compenetrarse; siempre será el mar un aliado de Turón en el que inspirarse, un mar que verá siempre desde la orilla; nunca fue marino.
El mar es para Saulo inspiración, tragedia, el amor…todo.
Es un poeta canario, que amo profundamente a su tierra y a su nación.
Saulo León Torón Navarro representa un movimiento de entusiasmo hacia la belleza según Juan Ramón Jiménez.
Junto a poetas de la talla de Tomás Morales y Alonso Quesada forma el gran conjunto canario de poetas modernistas.
Fue también escritor de teatro.


Edito pocas obras líricas, pero todas de gran calidad. Caben destacar Monedas de cobre, El caracol encantado, Canciones de la orilla, Frente al muro y Poesías satíricas.
Murió en Las Palmas de Gran Canaria en mil novecientos setenta y cuatro.
He elegido unos poemas de su obra Monedas de cobre para colocaros a continuación.


MONEDAS DE COBRE

IX
Rosas de la mañana,
alegrías pretéritas, recuerdos
que ahora, cuando se evocan,
surgen precisos, como un eco…:
dentro de algunos años, ni vosotros
vendréis a visitarme desde lejos…


XIII
Por los montes lejanos
la noche negra avanza…
El mar la ve llegar, y hay una intensa
inquietud en sus aguas…
¡El mar ante la noche!... El alma mía
ante el hondo negror de tu mirada.


XIV
Nada tengo ni espero…
solo sobre las ruinas me he quedado…
Que Dios, si quiere, me comprenda y deje
que el alma vuele, ¡limpia!, en el espacio.



XV
Corazón, marinero de cien mares,
argonauta romántico y doliente,
que ahora, ante el infinito,
cansado te detienes:
¡A la mar otra vez, que un nuevo día
más luminoso en el azul florece!...
--o0o--


Espero que os hayan gustado estos cuatro poemas.
Sed felices.

Antonio 

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