domingo, 27 de marzo de 2016

Las flores del pruno de mi madre.

LAS FLORES DEL PRUNO DE MI MADRE



Mi madre está sentada en una silla de ruedas, a sus 97 años, y durante el invierno no sale al jardín, a la espera de que lleguen las temperaturas altas, para tomar el sol y disfrutar de sus plantas y sus pájaros.
Lo mira a través de la ventana. Observa a los pájaros, grandes y pequeños cuando vienen a comer el pan que le echan, e intenta ver las flores.
Le gusta su jardín, un jardín que solo tiene arboles, lauros, algún rosal, unas adelfas y diez o doce hortensias. Pero su mayor ilusión es ver florecer su pruno injertado que da flores de dos colores.
Creo que unas son de ciruelas rojas y las otras, si no recuerdo mal, de ciruelas verdes.Eso si, todas pequeñas.
Como en estas fechas no se atreve aun a salir, yo le saco unas fotos y luego se las enseño en el ordenador.



Alguna de las que vais a ver son las que verá ella mañana cuando suba a verla y así podrá disfrutar de sus flores.
Los prunos son arboles especiales. Unos llegan a densidades desorbitadas de flores y otros, como el de mi madre, es parco en ellas, como si se resistiera a engalanarse.
Creo que su problema en un lauro que tiene justo al lado y un viejo chopo que le quitan mucha luz, pero así está la cosa y es inamovible.
Si queréis pasar un rato viendo las flores, unas  rosas y otras blancas, de las dos da, acompañarme, por favor.


















Nada mas por hoy.
Sed felices.

Antonio 

sábado, 26 de marzo de 2016

Disfrutando de la puesta de sol del 25 de marzo.

Estoy sentado en mi mesa y por la ventana luce una extraña luz que me obliga a mirar hacia ella. Descubro que el cielo está comenzando a adquirir los tonos para lo que puede ser una bonita puesta de sol.
Cojo las maquinas y me voy a un pequeño campo que hay delante de casa, al otro lado de unos chalets y un centro comercial, desde donde tengo una relativa buena vista de un horizonte que promete.
Miro al cielo y unas primeras nubes suaves y deliciosas parecen querer invitarme a que las acompañe al espectáculo que va a comenzar. Un espectáculo que, de vez en cuando, en estas tierras castellanas adquiere la grandeza suprema de un adiós increíblemente bello. Me parece que hoy va a ser un día de esos.


El sol está ya detrás del horizonte y mirando al cielo me doy cuenta que la función acaba de comenzar: ¿queréis acompañarme? ¡Vamos a verla! Solo hay que tener el espíritu abierto a presenciar como un astro se acuesta en una escena que es difícil que sea interpretada por  otro actor distinto.


Las primeras nubes comienzan a teñirse de distintos colores. Los efectos luminosos son extraordinarios. Se pasa del dorado a los rojos y de estos de nuevo a los dorados como si de un juego de ida y vuelta se tratase.










De repente las nubes que están encima mío se convierten en oscuras manchas, mientras que las del horizonte alcanzan un grado de brillo tal, que parecen pequeñas láminas de oro que recubren el cielo como si de una maravillosa joya se tratase. Y realmente es una joya.




Luego poco a poco esos dorados dejan paso a unos colores de pasión, rojos, terriblemente fuertes, señal inequívoca que la función está terminando.




Ya solo queda un pequeño resplandor en el horizonte, pero los vidrios del centro comercial son aun capaces de absorbe ese color y reflejarlo como si una hoguera estuviese ardiendo en ellos.


Todo ha terminado y una sensación maravillosa queda dentro del espíritu, dentro del pensamiento. La retina aun esta impregnada de los colores que ha captado tras el objetivo de las maquinas y a simple vista sobre ese horizonte maravilloso.
Me vuelvo a casa pensando que la vida me ha hecho el mejor regalo que podía: hacerme disfrutar sencillamente con toda esa belleza que día a día el mundo pone a nuestro alcance. Y solo, lo único necesario, es la observación y estar atento a las señales que surgen a nuestro alrededor.
Sed felices.

Antonio 

viernes, 25 de marzo de 2016

Flores con poesía CCLXXIII: Lejos

Allá por el año mil ochocientos setenta nace en Santander nuestra poeta de hoy.
Es en las escuelas donde Concha Espina, cuyo verdadero nombre es María de la Concepción Jesusa Basilisa, aprende a leer, primero en la de Santander y posteriormente en la del pueblo donde se traslada su padre, Mazcuerras,  y en donde comienza a escribir sus poesías desde los trece años.


En mil ochocientos ochenta y nueve publica su primer poema en un periódico de su tierra natal, a los diecinueve años de edad.
Casada con Ramón de la Serna, emigra con su marido a Argentina y allí comienza una colaboración efectiva con distintos periódicos y revistas de ese país.
De vuelta a España, publica su primer poemario, Mis flores, que será la apertura hacia un éxito literario fantástico que le encumbrara a ser designada candidata al Premio Nobel en tres ocasiones sucesivas, sin conseguirlo nunca, como tampoco conseguiría ser nombrada académica de la Real Academia Española de la Lengua.
Aun así, obtuvo infinidad de premios y distinciones, tanto en España como en el extranjero.
Queda ciega a la edad de sesenta y un años y moriría en Madrid en mil novecientos cincuenta y cinco.
Su producción literaria es extensísima, cultivando tanto la poesía como la prosa y es una novelista conocida mundialmente, quizás más fuera que en el propio país. Puede decirse de Concha Espina que es una de las más grandes poetas del Modernismo literario español.


Concha espina trabaja una poesía clásica pero a la vez modernista, intimista, en la que podemos encontrar ternura, amor, experiencia, en fin humanidad por los cuatro costados.
Os dejo un poema titulado lejos.
Espero que os guste su lectura

LEJOS

Entre la noche que está dormida
y el mar dormido que sueña y lucha,
tengo enhebrada mi ardiente vida,
alma que alerta ronda y escucha.

Para mi frente, clara diadema,
los astros hilan vivo reflejo;
para mis ojos triste poema,
las aguas mullen un blando espejo.


Calman las olas sus paroxismos,
llenas de lumbre y de estupores,
y entre las fauces de dos abismos
hago la siembra de mis amores.

Aquí las meses y las derrotas
son infinitos que yo paseo;
haces de vidas, ansias remotas,
vasto refugio para el deseo.


Y las criaturas de mi paisaje,
bestias menores, nunca son malas;
con la inocencia de lo salvaje,
de los querubes tienen las alas.

Aves y peces, sordo murmullo,
alible fauna reclamadora
cuando la noche lanza el aúllo
del mar dormido que sueña y llora.


Nada me hiere donde yo habito;
mis daños, todos son de la orilla.
Aquí se esconde mi ronco grito
en el manojo de mi gavilla.

Ramos de espumas, leves corolas,
plantel de soles y de luceros;
para mí el baño de frescas olas
y la ardentía de los senderos.


Para mí todas las noches gayas;
para mí todos los océanos;
lejos de la tierra, lejos de las playas;
ningún anillo para mis manos.

No quiero engarces prometedores
con el mezquino polvo sediento,
donde el gusano vive en las flores
y la veleta gira en el viento.


Ninguna gracia de la ribera,
donde se miente lo que se jura;
es más benigna la mar señera;
es más piados la noche oscura…
--o0o--


Espero que hayáis disfrutado con este poema.
Sed felices.

Antonio 

viernes, 18 de marzo de 2016

Magnolias y camelias de la mano.-

Cuando entras en el Real Jardín Botánico de Madrid en estas fechas, mediados de marzo, choca a la vista un árbol prácticamente desnudo de hojas y lleno de unas maravillosas flores blancas y grandes que obligan a dirigirte hacia él como si fuese un poderoso imán.


Si, es la Magnolia X Loebneri Merrill, que en estas fechas comparte protagonismo con las camelias antes de que otras flores, como son los tulipanes y las dalias, hagan su aparición. Es su momento, ellas son prácticamente en estos momentos las reinas del Botánico en los exteriores.




Duchesse de Berry

Debajo de cada camelia os he dejado su nombre. Todas provienen de las Camelias japónicas y son variedades conseguidas a través de distintos injertos y cruces realizados por sus creadores.
En las fotos de las magnolias, no os he colocado nada pues son todas flores de la  Magnolia X Loebneri Merrill.



Señorita Tingley 

Las camelias son mas recogidas, mas coquetas, incluso diría yo que mas femeninas. Vergonzosas en ciertos momentos y tímidas escondiéndose a veces en las sombras y tras las hojas.
Las magnolias por el contrario son más alborotadas, abiertas y dan la sensación que son un grupo maravilloso de ruidosas flores hablando entre ellas con sus pétalos revueltos y, como melenas, al aire.



X Williams II Citation

Cuando empiezas a estar a su alrededor tienes que hacer un esfuerzo para no seguir disparando fotos. Cada flor tiene infinitas fotografías, desde arriba, desde abajo; son como pacientes maniquíes a los que no tienes que dirigir, posan constantemente sin preguntar, sin cansarse.



Nuccios Cameo

Y todas ellas trasmiten sensaciones de paz fantásticas. Las camelias de dulzura, las magnolias de alegría.



X Williams II Citation

Dentro de quince días el Botánico madrileño será una explosión de verdes y otros muchos colores luchando por la luz. Volveré.
Sed felices.

Antonio 

miércoles, 16 de marzo de 2016

Nuevos fantasmas en la fuente.-

Mirando las fotos me he acostado tarde, muy tarde.
Mis fantasmas, esos fantasmas que me acompañan en las noches de insomnio, de tribulaciones, angustias y soledad, han vuelto a aparecer en la fuente.
Cada vez que paso delante de ella una fuerza extraña, superior a mí, me obliga a fotografiarla, como si alguien desde dentro de cada una de sus laminas de agua quisiera trasmitir algo, decir algo, expresar algo.
No se si son los fantasmas o soy yo mismo que quiero verme allí dentro. 
Yo solo enfoco la cámara a las aguas y disparo.
Luego tranquilamente, ya en casa sentado ante el ordenador, miro una a una intentando encontrar en cada foto al fantasma que ha querido mostrarse.
Hoy creo haber captado unos cuantos surgiendo de las tenebrosas aguas del más allá. Un pianista sentado ante su piano, una procesión de plañideras, etc…
¿Estoy loco? Posiblemente, pero mi locura no está en imaginar fantasma, sino en saberlos distinguir en cada imagen. Mi mayor locura es trasmitiros su imagen, ya que no se las consecuencias que ello puede acarrear.
Debajo  de cada foto os he colocado un comentario para que veáis, sintáis comprendáis y os ayude a ver lo que yo he visto y que espero que vosotros sintáis también.
¿Lo intentamos? Vamos con ellos


Centraros en esta primera foto. En el centro dos oscuros ojos nos miran y a ambos lados de la imagen sendas profesiones de encapuchados. A la derecha en tonos rosas, las chulapas de antaño. A la izquierda un consejo.  Si, fijaros, abrid vuestros ojos y vuestro espíritu y lo veréis.



Detrás del consejo, a su izquierda y en el centro de la foto una cara con una enorme nariz nos mira. ¿Algún elefante de algún circo que murió en Madrid? Lo veis ¿No?


Cuatro imágenes seguida antes de que apareciese el guardián de los espíritus de la fuente. Los colores se fueron superponiendo en la cascada de agua hasta que apareció la pantera. Si, mirad a la izquierda de la siguiente foto y detrás de la cortina gris se ve aparecer su cara y un colmillo en la boca abierta y roja.



Si es una pantera, ¿no la veis?



El fantasma que solo muestra su careta con la apertura de los ojos y nariz, se va diluyendo. Parece que una corona se ciñe a su cabeza. Me pregunto a que se debe su presencia, que querrán decirnos o indicarnos esas mentes atormentadas de la fuente; su presencia ¿a que se debe? Pero no es solo una imagen. Si os fijáis bien son dos caras pegadas a la izquierda de la columna.


Esta toma es una de las más interesantes. Un organista toca su instrumento en la oscuridad del interior de la fuente, el más allá, y las notas hacen vibrar el agua de la fuente en un mundo mucho más cercano como se ve en el recuadro central.


Un mar de roca interrumpe las visiones. A partir de esta toma comienza otra forma distinta de presencia, de imagen captada por la cámara y que yo lo único que hago es reproducir.



Da la sensación que son un conjunto de mujeres en procesión. Quizás las plañideras de algún entierro y según pasan del limite y se introducen en la mancha gris se van deshaciendo.




La plañideras van perdiendo su silueta en la siguiente imagen




Unos ojos saltones emergen del agua y una boca debajo de ellos pidiendo auxilio, ahogándose. Quiere salir y no puede, solo se muestra por instantes tan ínfimos que el ojo es incapaz de verlo.



En esta toma hay mucho más de lo que parece. Ir recorriendo la fotografía a un tercio de su altura por arriba y veréis rostros, bocas abiertas que sollozan y gritan, ojos escondidos detrás de sabanas imaginarias de agua, incluso una cruz dibujada en una de las túnicas.



Dala sensación que una imagen sale de un infierno en llamas. Una sombra gris en el centro de la imagen parece querer escaparse del fuego y una barrera negra esta dispuesta a impedir que escape.




Fijaros en el lado derecho de la foto: ojos, boca y más abajo lo que parece una mano que esta saliendo del agua. Y el coletazo del espíritu que para mostrarse ha dejado un rastro a franjas a lo largo de la cortina de agua.



Caras entre las grietas del agua. Ojos sueltos, angustia en las miradas. Los fantasmas de la fuente quieren abandonarla y juntarse a nosotros, nos suplican, pero no pueden,




Y esta es quizás la imagen mas clara de todas ellas. Ala izquierda de la foto una silueta de mujer que ha perdido la cabeza. A su derecha dos posibles calaveras parecen colgar de los cortinajes y antes de llegar al recuadro claro, otra imagen difuminada y sobre aquel dos caballos que podrían ser de Picasso observan la escena. Y todo parece suceder en un antro en el interior de la fuente.
Estas fotos están todas ellas tomadas el día quince de marzo de 2016 sobre las 16,30 de la tarde en una de las fuentes de la puerta del sol.
Lo único que he hecho ha sido darles algo más o menos de luz y cortarlas, pero lo que veis es lo que ha captado la maquina.
Yo no he imaginado nada, solo he mirado y he trasmitido lo que la maquina a querido enseñarme. ¡Perdón!, lo que los fantasmas de la fuente han querido de nuevo enseñarme.
Sed felices.

Antonio