sábado, 5 de marzo de 2016

Flores con Poesía CCLXXI: En los caminos del aire.

Nace nuestro poeta en Peral del Becerro, provincia de Jaén, en el año de mil ochocientos noventa y nueve.
Comienza sus estudios en su pueblo natal y posteriormente se traslada primero a Baeza, donde conocerá a Antonio Machado, y posteriormente a Úbeda, donde terminara su Bachillerato.


Rafael Laínez Alcalá es un escritor que destaca desde edad muy temprana, ya que a los trece años colaboraba en periódicos andaluces, siendo corresponsal de ellos en la zona.
Se traslada posteriormente a Madrid donde comienza sus estudios de Filosofía y Letras, doctorándose en esta especialidad en mil novecientos veintiocho después de haber combatido en África y a la vez siendo corresponsal de dicha guerra.
Profesor primero y catedrático después de varias universidades, por fin Rafael Laínez consigue la cátedra de Historia del Arte en Salamanca, donde pasará el resto de su vida dedicado a la enseñanza y en el momento de terminar esta es nombrado hijo adoptivo de esta ciudad.
No perdió el contacto con su tierra natal y Úbeda le nombró su cronista oficial.
Escribió y colaboró con multitud de periódicos y revistas y muchas de sus poesías se publicaron en ellos.


Laínez obtuvo el Premio Nacional de Literatura en mil novecientos treinta y cuatro.
Su poesía es de una sensibilidad maravillosa, profunda.
Os he elegido para hoy una titulada En los caminos del aire. Espero que os guste.
Rafael Laínez murió en mil novecientos ochenta y dos.

EN LOS CAMINOS DEL AIRE

Al campo de Salamanca
como en un vuelo de arcángeles
le brotan alas de piedra
en los caminos del aire.


Y basta el ensueño ambicioso
que va prodigando afanes,
finge, clavel de las nubes,
las piedras de sus sillares.


Cinta de luz en el Tormes
enhebra dorados panes
y prende Símbolo augusto
al cristal de sus fanales.


Aurea custodia de anhelos
la piedra ya solo es aire
desvelado a los empujes
del que puede y del que sabe
alzar el vuelo a la Gracia
sobre sus rosas de sangre.



Flecha de gozo transida,
el oro de sus altares
levanta torres de fuego,
firmes y gloriosas cárceles
donde el alma se liberta
de sus impuros arranques.

¡Ya es la novia, Salamanca
para bodas celestiales!
--o0o--


Nada mas por hoy.
Sed felices.

Antonio 

No hay comentarios:

Publicar un comentario