miércoles, 15 de junio de 2016

Las praderas de la vida

Antes de comenzar, dar desde aquí las gracias a todos y a cada uno de mis amigos de Bichos de El Escorial que primero me llevaron al lugar y luego me ayudan con muchos de los nombres que vais a ver.
¿Empezamos?

¿Te sientes estresado? ¿Te sientes con angustia vital, estás bajo?
Olvídate de todo y acércate conmigo a las praderas de la vida, donde vegetales y animales conviven en armonía. Las praderas son la esencia de la vida, donde una infinidad inmensa de herbáceas, arbustos, flores etc. conviven.

Campos y praderas en los albores de la sierra madrileña: Colmenar Viejo

Es un mundo maravilloso que comienza a verse cuando los fríos del invierno dejan paso a los días más largos y cálidos de la primavera y que suelen durar hasta que las sequedades y calores convierten el prado en un erial a mediados del mes de julio.

Margaritas y amapolas comparten con otras plantas los suelos húmedos de primavera


Luego, dependiendo del año más o menos lluvioso y fresco vuelven a aparecer a finales de verano los verdes de algunas hierbas que han fabricado semillas para una segunda generación. Si el tiempo es bueno y tras las tormentas de la Virgen de agosto comienza un nuevo ciclo que durará en algún caso hasta el verano siguiente.
El mundo floral discurre por una amalgama ingente de elementos multicolores: amapolas, rojas como ninguna, margaritas de todos los colores y tamaños, herbáceas como las viboreas o la Sangre de Cristo, arbustivas como los rosales silvestres e incluso con insigne nombre de nobleza como las orquídeas que nacen en nuestros campos.

Los hipéricos aportan sus maravillosas y cuantiosas flores dando belleza y frescor al ambiente

El mundo de los animales es increíblemente largo también. Desde los mamíferos relativamente grandes, como pueden ser zorros, conejos, comadrejas etc. al de los insectos donde una extraña mezcolanza da una vida inusitada al prado.



Orchis coriophora, una orquídea que en esta época es típica de los terrenos húmedos

¿Queréis ver unas cuantas maravillas de las praderas? Pequeños pero inmensamente reproductivos y con labores muy específicas en la polinización de las plantas, los seis patas ocupan una inmensa gama que va desde los extraños y arcaicos Archaeognatha a los maravillosos duendes, neurópteros, pasando por una infinidad nada despreciable de coleópteros, himenópteros, dípteros etc. etc.

La Cuerda Larga cierra el horizonte. Las praderas siguen dándonos sus encantos

Y como no, los arácnidos no se quedan cortos y gracias a ellos las praderas regulan de alguna manera la cantidad de insectos, como también lo hacen lagartijas y lagartos ocelados que abundan en nuestros campos.

Un pequeño Archaeognatha de no mas de 5 mm de longitud sobre roca de granito

Las praderas tienen otra función cuando andas por ellas y vas fijándote en sus habitantes: consiguen sacarte de la cabeza todos aquellos problemas que te atosigan, son capaces de hacerte olvidar a los políticos e incluso te desprendes durante unos instantes de las personas a las que añoras; son un relajante natural, limpio, tranquilo, sereno y barato. Lo único que se exige para sumergirte en ellas es respetarlas.

Una pequeña avispa Chrysis ignita de preciosos y vivos colores

Una Melitaea phoebe descansando de su vuelo y absorbiendo seguramente la humedad del suelo

Las praderas de la vida… debíamos tener cada uno de nosotros un trocito de ellas adjudicado para cuidarlo y paraqué nos cuidase de forma reciproca.
Sus terrenos están tan bien aprovechados que no hay metro cuadrado que se desperdicie.

Un duende, un insecto maravillosos de nombre científico Nemoptera bipennis.

Una pequeña y preciosa araña Phylaeus defendiendo su territorio

Insectos y arácnidos compiten por cada centímetro cuadrado de terreno y de flor. Libelulas en ramas de encinas cerca del rio y arañas esperando en su flor a un insecto que se coloque a tiro. Y las moscas libando el néctar de las flores, mientras las mariposas comen desaforadas en su ultimo intento por terminar su ciclo vital colocando el máximo numero de huevos.

Un saltamontes de las matas desplazándose por un bosque de gramíneas

Una pequeña ameles en su territorio de caza. Subirá a lo mas alto a alimentarse de cualquier insecto 

Y todos, incluidos nosotros mismos, formamos parte de esa cadena alimentaria, la cadena trófica, en la que unos se come a otro y a su vez sirve de alimento al siguiente, como si un continuo trasiego de vida pasase de unos a otros.

Oruga que sera avispa voladora de la familia Cimbex  

Una mosca de la lluvia libando en la flor de un Tagarno, Thapsia villosa.

Al formar parte de dicha cadena, y aunque asi no fuere, hay que respetarla. Se nota en aquellos lugares donde se ha dejado de cultivar y las plantas, gramíneas y herbaceas, nacen a su libre albedrio como aumenta el numero de insectos y de plantas sobre el terreno. Ello se debe a la supresión de los insecticidas en los campos. Por ello es importante que en las Reservas Naturales, los cultivos sean ecológicos, asi como los alimentos que se les pueda dar al ganado que en ellos pastan.

 Prionyx kirbii (Sphecidae) una avispa parasitaria que son una preciosidad


Una Tituboea sexmaculata (Chrysomelidae, Clytrinae), duerme tranquilamente agarrada a su espiga

Tanto antibiótico se les da a las reses, para que no cojan enfermedades, que en sus boñigas no se ven escarabajos ni gusanos en muchísimos prados de pasto.
En los pequeños charcos de temporada que se forman en las hondonadas existe a la vez un sinfín de anfibios y reptiles que viven en ellos y una flora muy especifica como las orquídeas.

Una hormiga pastoreando cochinillas que no pulgones en la caña de una gramínea

Una Lycosa hispánica observa a la puerta de su guarida. Son de las arañas mas grandes de la Península Ibérica 

Vale la pena salir de vez en cuando al campo con la mente abierta, y los ojos bien lavados, para observar un mundo que se mueve a nuestro alrededor en infinitas combinaciones de tamaños, color y movimientos. Cuando salgais a las praderas no temais a los bichos que zumben cercade vuestros oídos. Por regla general no os atacará ninguno. Solo hay que tener cuidado con los avisperos que pueda haber cogido a alguna hierba consistente.

Alopecosa sp. (Lycosidae) transportando sobre su abdomen a la nueva generación

Y observar también a los arácnidos. Los hay de todos los tipos, colores y formas posibles. No hay que temerles. Por regla general no son venenosos y solo alguna especie grande puede darnos un ligero picotazo que pasa rápidamente. Pero lo mejor  es no tocarlos y solo observarlos.
Por hoy nada mas. Sed felices.
Antonio




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