miércoles, 24 de enero de 2018

Flores con poesía CCCVII: Canción a la desposada.

Nuestro poeta nace en la ciudad de Caspe en el año mil ochocientos once y está inmerso de lleno en el Romanticismo.
Miguel Agustín Príncipe estudió en Zaragoza, incluso la carrera de Derecho Civil, y ejerció allí su profesión. Fue profesor de Historia y Literatura en la Universidad de Zaragoza y en la de Madrid.


Escribió, prosa, teatro y poesía, pero su vocación fue la de periodista. Conocido en los ambientes madrileños porque estaba siempre al tanto de todas las noticias y no se le escapaba nada. Escribió en multitud de periódicos firmando con su nombre y en otros con distintos seudónimos.
Como poeta, que lo fue, escribió de todo, desde la poesía satírica a la religiosa.
Entre sus obras poéticas destacar El poemario titulado Poesías ligeras, festivas y satíricas que se organizo en dos volúmenes.
Otras obras fueron Fabulas en verso, La coronación de Quintana…
Murió en Madrid en mil ochocientos cincuenta y seis.


Os he dejado un poema titulado Cantico a la primera desposada.
Y os lo he colocado por como choca el escrito con la mentalidad actual.
Hay que leerlo desde esa perspectiva.


A la primera desposada.

¿Quien es esa que placida levanta
su blanca y rubia sien, como la estrella
que al inflamado día se adelanta,
y es, cual su lumbre, candorosa y bella?
¿Quién es, que al verla Adán se encanta,
y es su delicia suspirar con ella?
¡Triunfa, milagro del poder divino!
Rendir y embelesar es tu destino.


¡El prado apenas sus pisadas siente!
Solo le falta el presuroso vuelo
para que el cielo y tierra juntamente
ángel le crean tutelar del suelo.
¿Mas por qué se sonroja? El inocente
pudor, ¿por qué la cubre con su velo?
¡Triunfa, milagro del poder divino!
Rendir y embelesar es tu destino.


¿Quién unió la dulzura a los enojos
en su bello semblante? ¿Quién la lumbre
puso del sol en sus celestes ojos,
velada en inefable mansedumbre?
¿Quién prestó el oro a sus cabellos rojos?
¿Quién a su tez del alba la vislumbre?
¡Triunfa, milagro del poder divino!
Rendir y embelesar es tu destino.


La rosa de sus mejillas colorea,
y el beso ríe en su halagüeña boca:
su dulce seno gratamente ondea
como la mies que el aura apenas toca.
¡Triunfa, oh prodigio de la excelsa idea!
¡Triunfa, milagro del poder divino!
Rendir y embelesar es tu destino.
--o0o--


Espero que aunque del romanticismo y fuera de los cánones actuales os haya gustado.
Desde luego no creo que hoy alguien escribiese así refiriéndose a la mujer.
Sed felices, ya sabéis que lo demás es menos importante

Antonio 

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