miércoles, 16 de mayo de 2018

Doce rosas rojas para ti.


Ayer estuve en la Rosaleda de Madrid durante un buen rato.
Este año va todo atrasado. Muchos rosales aun estaban sin florecer y otros a medias.




Y voy a contar sensaciones que seguramente a mas de uno no le importan. A mi sí.
Si no quieres leer sentimientos y pensamientos personales, puedes tranquilamente darle a la tecla de escape y huir de los sentimientos y pensamientos de uno que también pertenece a la raza humana.


La rosaleda estaba tranquila.
Algún grupo de dos a cinco personas paseaba contemplando y oliendo las rosas.


En bancos, junto a jaulas de rosales trepadores, enamorados charlaban y se arrullaban bajo un sol que por momentos iba caldeando la tarde.
Un grupo de colegas de la fotografía avanzaba cerca de mí fotografiando, como yo, las rosas.


Como casi siempre estaba solo. Acompañado pero solo.
Las rosas y yo éramos cómplices de mi silencio y mis sentimientos.


Las miraba. Las fotografiaba intentando buscar en ellas lo que no encuentro en otros lugares.
De repente llegué al pasillo de las rosas rojas, la rosa Imperator. (El nombre le viene de fabula, es la reina desde mi punto de vista.)
Me senté un rato en el banco mirándolas desde la distancia.


Me hubiese gustado tener tu compañía.
Envidiaba a los que sentados en los bancos entrelazaban sus manos y sus labios.


Miré para otro lado. Un mundo infinito de colores navega a ras de tierra entre arbustos de rosales modificados a lo largo del tiempo.
Pensaba en ti, e intentaba quitarte de mi recuerdo. ¡Imposible!
Las rosas rojas me traían pasión, pasión olvidada, y tu recuerdo.
Decidí fotografiarlas.


Estas rosas rojas, cada vez que las veas, te recordaran mis sentimientos y por ello con ellas he formado este ramo pensando en ti.




La tarde va cayendo. Cuando vuelva la semana que viene seguirán estando las rosas rojas, No serán las misma que coloco hoy, pero se parecerán y seguirán trasmitiendo los mismos sentimientos.


Quizá cada rosa roja sea un reflejo de lo que me gustaría expresar de palabra.
La soledad. Sigo estando solo en medio de la rosaleda. Aunque hay gente.
Como tú, en medio de un mundo ficticio. ¿Y el mío no lo es?


Rosas rojas, rosas rojas…
Sentimientos, amor, sentimiento…
Doce rosas rojas para ti. No hace falta escribir mas.


--o0o--

Sed felices, lo demás importa poco
Antonio

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