jueves, 3 de mayo de 2018

Flores con poesía CCCXX: Una de tantas


Nace nuestro poeta en Bilbao allá por el año de mil ochocientos ochenta y tres.


De familia humilde su vida se ve desde muy al principio truncada por una serie de factores como la muerte de su padre. La tristeza de su madre y los desaires recibidos marcaron una vida que Ángel de Ugarte Revenga dejo perfectamente descrita en los siguientes versos:

Desde muy  niño
las vi moradas.
De las Osunas,
la fuente baja,
mató a mi padre
y hundió mi casa.
Las amistades
levaron anclas.
Mi joven madre
siempre lloraba
sin que le oyera
decir palabra…


Y en tal rocío
templé mi alma…
Estudio y remo
desde mi infancia.
No hube pensiones
ni garambainas…
Surgió en mi surco
siempre taimada
que, arteramente,
y a mis espaldas
mordía el grano
que yo sembraba.
Toda mi vida
queda explicada.


Desde luego el poema dice todo.
Su obra se publicó principalmente en diarios vascos, especialmente de Bilbao, como el Nervión.
Si bien edito varios poemarios que recogían estas obras publicadas mezcladas con otras no impresas anteriormente.
Entre mil novecientos ocho y y mil novecientos treinta y cinco, sacó a la luz estos cuatro poemarios: Alma mía, Desde las sombras, Revoladas de un Chimbo y un poemario dedicado al compositor Arriaga.


Fue un gran caricaturista.
Murió Ángel de Ugarte Revenga en su tierra natal en mil novecientos treinta y seis pocos días antes del inicio de la Guerra Civil española.
Os dejo un poema que refleja dolor, dureza, amor y hasta celos. O eso me parece a mí.
Espero que os guste

UNA DE TANTAS
Si ese viejo que supo llevarte deslumbrada,
supiera conmoverte la entraña del placer,
no tendrías el aire de una yegua alquilada
que teme, a cada instante, su pesebre perder.


Y tú, a pesar de todo, le eres dócil y fiel,
sin pensar que él hiciera de tiu vida una enorme
vulgaridad. Y marchas cual dorado bajel
que llevara el cadáver de una ilusión informe.


Pero tú lo quisiste. Tu ambición desatada,
te hizo caer de bruces en la dorada sima.
Y vas por esas calles, lujosa y bien cebada,
sin aspirar a un noble querer que te redima.
--o0o--


Sed felices, lo demás es muchísimo menos importante.
Antonio

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